14 diciembre 2010

dichos y acciones.





   Es fácil quejarse,
   y no hacer nada para cambiar lo que nos hace mal.
   Es mucho más difícil asumir nuestras responsabilidades. 
   Ya que hay que reconocer que, la mayoría de las cosas suceden,
   porque nosotros dejamos que así sea.
   El:- No para, no quiero esto para mi, no me siento yo haciéndolo -.
   sale sencillamente a través de nuestro pepe grillo.
   Pero el: - Ok, y ahora, ¿qué hago?, ¿cuál es mi próximo paso?- hmm, ese viene un poco más complicado.
   Y entre medio llegan las excusas, miles de ellas. 
   Esas excusas que te pones vos mismo.
   Y lo peor es, que nos damos cuenta que nos estamos mintiendo. pero no nos importa.
   Esas excusas son como los permitidos en las dietas,
   entorpecen nuestros objetivos,
   van en contra de lo que queremos,
   son opuestas a lo que somos
   Nos paralizan, 
   nos cortan las piernas,
   nos amarran las manos, 
   y a pesar de que sepamos que esta pasando, como ya dije, aunque sea sólo inconscientemente,
   no accionamos, porque ya estamos cegados,
   nos encontramos estancados dentro de la mediocridad
  que nos acecha día a día.
   Cuando el momento indicado para soltar aquello que nos daña llega, y escuchamos el timbre sonando,     
   entonces ... ¿por qué no abrir la puerta?
   
  Demasiado, adios trabajo (:



1 comentario:

Andrea dijo...

Siiii! definitivamente soy la idiota que describís! :S siempre pienso que por qué me dejo llevar igual!! Además soy super consciente de que no es no... pero me hago la película y chau... después lamentándome por no haberme hecho caso a mi misma antes! :s faaaaaaaaa todo un tema!